domingo, 21 de septiembre de 2008

Buongiorno!! Vorrei un cappucino, per favore

4 días en Italia son suficientes para querer volver muy pronto… quizás el año que viene, a ver;-))). Pues sí, del 11-14 de septiembre visité Italia y disfruté mucho del viaje…llegué a Roma, Fiumicino, sobre las 12h donde me encontré con una amiga que llegaba poco después… alquilamos un coche y nos dirigimos hacia el norte del país, la región de Umbría. La primera parada turística la hicimos en Orvieto, un pueblo a 120km de Roma. Orvieto está, como todos los pueblos y ciudades de la región, ubicado en la cima de una colina desde donde se aprecian vistas espectaculares de los viñedos de la región. Esta ubicación hace que siempre sople una ligera brisa que, la verdad, se agradecía porque hacía bastante calor, más que en Barcelona.



Orvieto, de hecho, se construyó encima de un acantilado gigante de piedra de tufa, típica de la región. Es una ciudad medieval que destaca sobre todo por su catedral gótica, il Duomo, con una fachada de mármol blanco y negro y una espectacular y colorida fachada principal. Pasamos toda la tarde paseando por las calles estrechas y de piedra de la ciudad, tomamos un café y un panini en una tratoría y antes de dejar la ciudad y seguir nuestra ruta visitamos el Pozzo di San Patrizio, un pozo de 60m de profundidad donde una escalera permite llegar hasta su punto más profundo, un sitio raro, algo misterioso. A medida que uno avanza aumenta la humedad y baja la temperatura.

De vuelta al coche seguimos hacia la población de Torigiano, nos hospedamos en un agriturismo, RELAIS BORGO BRUFA, una especie de casa rural de lujo con spa, dejamos nuestras maletas e impulsados por el hambre salimos para Perugia (a 170km de Roma y 15min de Torigiano). Elegimos un restaurante, la OSTERIA DEL GAMBERO, situado en el centro histórico de la ciudad. Venía recomendado en la guía de restaurantes (nos guiamos en todas nuestras elecciones por esta guía, vale la pena!). Cenamos muy rico: un carpaccio de atún de primero y una pasta con una salsa de setas de segundo. La pasta en Italia es verdaderamente espectacular por lo que, yo como amante de la pasta, era feliz en todo ristorante, osteria, tratoria. La ciudad de Perugia es otra preciosa ciudad de Umbria, con un casco antiguo de mucho encanto con sus piazzi, palazzi, su duomo, sus numerosas iglesias, y además con un ambiente nocturno muy bonito con mucha gente de todas las edades paseando por las calles. Tomamos una copa en un lugar que me gustó mucho, mucho. Qué pena que no recuerde el nombre! Tenía una vista directa al Oratorio de San Bernadino, un bar en el exterior desde donde se veía toda la ciudad. Si miro el mapa podría quedar por la Piazza Fortebraccio. Perdonad que insista tanto en el tema pero como tengo tantas ganas de regresar quiero recordar donde por queda el sitio.



2do día…en hora y media nos plantamos en el centro de Siena, uno de los platos fuertes de la Toscana y, sin duda, el lugar que más me gustó. Es una ciudad medieval grande y perfecta, muchos detalles que dan un conjunto perfecto. No hay casa o cartel alguno que rompa con este encanto y uniformidad.

La Piazza del Campo con sus artistas, los cafés, su ambiente; todo ello me gustó mucho. Y, para disfrutar de las vistas de la ciudad y apreciarla en su totalidad decidimos subir a la Torre del Mangia del Palazzo Pubblico. Después de una hora de espera y una escalinata de 300 peldaños nuestro deseo e hizo realidad ;-). Que no quepa duda que de después de tal esfuerzo el cuerpo requería una recompensa culinaria importante: un almuerzo en la OSTERIA LE LOGGE…hmmmmm.

De regreso al hotel hicimos otra parada en un pueblo con dos estrellas en la guía, Arezzo, otra ciudad medieval con una piazza cautivadora y unas callejuelas de mucho encanto. Pero la lluvia nos hizo volver pronto al coche. Nuevo objetivo: cenar en Cortona.

Nada más salir de Arezzo empezó a caer una lluvia torrencial (esta palabra es demasiado suave para describirlo) que a ratos pasaba a ser granizo y volvía a una cortina de lluvia que rápidamente convirtió la carretera en un río de unos 10cm, la visibilidad no era más de dos metros y a menudo nos encontrábamos con pilones o artefactos de unas obras nadando en medio de este río que atravesábamos… relámpagos y truenos no cesaban y así avanzábamos a pasos muy lentos en una larga cola de coches. Llegamos a Cortona sobre las 21h, hambrientas y algo tensas por el viaje. Pero todo ello mereció la pena. Una carretera muy inclinada y en forma de serpentina nos llevó a este pequeño pueblo. La lluvia había cesado de caer y nos esperaba una ciudad con calles desiertas que a medida que nos acercábamos al centro iban llenándose. Los restaurantes y bares estaban llenos. Esta vez no íbamos con un objetivo fijo, nos guiábamos por nuestro instinto… y la elección fue el la OSTERIA DEL TEATRO. Lleno. Pero decidimos esperar hasta las 22h porque el menú prometía mucho; probablemente el mejor de los lugares donde comimos ;-)))) y donde volvería seguro.



3er día… parada en Todi en nuestro camino a Roma. Llegamos a la capital sobre las 16h después de una parada en el autoservicio, un clásico de un viaje por las autopistas de Italia. Tal como el CD de Eros Ramazotti que escuchamos unas 30 veces;-))) En Roma nos hospedamos en el hotel ARISTON, cerca de la estación de tren, muy bien ubicado para la visita a pie de la ciudad. Es un hotel recientemente reformado con mucho encanto, muy moderno. Aparcadas las maletas y el coche empezamos a andar, primera parada, la basílica Santa Maria Maggiore… cómo se nota que allá la Iglesia tiene dinero! ;-) Seguimos hacia el Palazzo del Quirinale donde reside el presidente, la Fontana di Trevi, la Piazza di Spagna, la monumental escalinata... Bajamos por la vía Condotti con sus tiendas de Prada, Armani, Bulgari, Ermenegildo Zegna, Dolce & Gabana… Seguimos hacia el Panteón, un templo de 2000 años con una cúpula de 8,7m de altura y un anillo con un diámetro de unos 3m que deja entrar la luz, la conexión entre el templo y los dioses.




Aparentemente es este anillo el que hace que la estructura se aguante pero sigue siendo un misterio de la arquitectura. A mi me impresionó mucho. Seguimos hacia la Piazza Navona, famosa por sus cafés y sus fuentes barrocas y perdiéndonos por las callejuelas del centro storico cruzamos el Tíber para llegar al Castelo Sant Angelo construido por Hadrian en el 128 y desde donde se aprecia el Vaticano y la famosa Basílica di San Pietro. De ahí seguimos la ruta hacia el Palazzo Farnese y el Campo di Fiori… y después de unas 4h sin parar no cabía duda que nos merecíamos una pausa y una buena cena en el RISTORANTE GRAPPOLO D’ORO.
Con ganas de acabar este primer día en Roma con una copa nos dirigimos a la zona de marcha, il Trastevere, que ambiente!!! No tardamos mucho en encontrar un sitio simpático para un gin tonic.

Tengo que decir que me costó un pelín dejarme cautivar por Roma. Después de la inmensa belleza de la Toscana y Umbría llegar a una ciudad de 3 millones de habitantes, sucia, con muchos coches, ruido y unas masas de turistas jamás vistas en un espacio tan concentrado… pero al caer la noche no pude más que admitir que Roma tiene un encanto muy especial y que es una ciudad preciosa, dinámica y llena de historia. Una historia que no se aprecia detrás de un cristal en un museo sino palpándola de cerca.

Cruzamos de nuevo el centro pasando por el Campo di Fiori y el Panteón, la Piazza Spagna…todo brillaba, iluminado por las luces y la gente… tanta vida… y para apreciarlo en su totalidad subimos a la Vila Borghese, una de las colinas de Roma. Desde ahí se ve toda la ciudad, el mar de luces, las cúpulas de las iglesias.

Regresamos al hotel destrozadas y con los pies hinchados…



4º día…hoy tocaba ver la parte antigua empezando por el Colisseo donde se enfrentaban los gladiadores en un combate mortal, el Foro Romano, (desde el 2do piso del Museo Céntrale del Risorgimento se ve todo…y gratis!)…y de ahí volvimos a perdernos por el centro, almorzamos, y decidimos pasar nuestras últimas horas paseando y comprando en las tiendas de la vía del Corso (muy recomendable!!!) que llega hasta la Piazza del Popolo. Un último café y para el aeropuerto. Tengo que admitir que el capuchino italiano es otra cosa, incluso en el bar más cutre te sirven un café de primera. Llegada a Barna a las 24h.

Resumiendo, vi muchos lugares preciosos, me llevo impresiones muy buenas, disfruté de una excelente cocina, descansé mentalmente pero me cansé andando horas y horas…y tengo muchas ganas de volver pronto. Arrivederci!!!

Inma

Nota: Las fotos son sacadas de Internet. No me llevé la cámara porque la tiene Diego en EEUU!

lunes, 15 de septiembre de 2008

Panorámica nocturna de Quito

Cortesía del artista fotográfico de la familia, una espectacular vista de Quito desde un balcón de San Juan...

From Me fui a volver